sábado, 20 de diciembre de 2014

jueves, 6 de noviembre de 2014

QUÉ COSA ES ELLO




Pretender saber qué cosa es el deseo. Si el objeto del mismo es conveniente. Cuánto hay que poner de uno para satisfacerlo. O, por el contrario, no querer interferir en un movimiento que, de suyo, arrastra ciegamente cualquier voluntad. Cuándo y por qué puede llegar a ser destructivo. Si resulta inevitable perseguirlo como persigue un niño una pompa de jabón que asciende y se aleja entre risas infantiles, para después estallar como si nada. Puede que tal vez todo consista en esquivarlo como si se tratase de un truco lamentable. Embaucados por un vaivén inútil, o indiferentes detrás de un baluarte inexpugnable. Protagonistas de un sainete o héroes con un final acorde a nuestra osadía.
Este eterno dilema de vivir embridados o a merced de donde sople el viento.


domingo, 2 de noviembre de 2014

MIRA POR DÓNDE





"Traía ahora en su portafolios una dispensa del Patriarca de Alejandría para que Panayotis pudiera erigir en su casa una capilla consagrada a San Arsenio. La elección del santo había sido casual, como debería serlo siempre. En una tienducha de El Cairo, Clea había encontrado entre montones de trastos viejos un icono del siglo XVIII de excelente calidad, que representaba a San Arsenio, y lo había regalado a Justine para su cumpleaños".

Lawrence Durrell, "Justine"




domingo, 6 de julio de 2014

TACONES



Los zapatos de tacón avisan al despistado de que caminar puede convertirse en una oda en mitad de lo más cotidiano.

martes, 1 de julio de 2014

AFECCIÓN




Debe de padecer una grave afección del alma quien, escuchando una música hermosa, tiende a imaginarse una vida acorde con ella.


miércoles, 25 de junio de 2014

TENERSE A UNO MISMO



Sin nada interesante que mostrar, aprisionado en una rutina que al mismo tiempo tranquiliza y desespera, sin haber regresado de un largo viaje en el que durante un tiempo la mirada haya reposado en la eternidad de un pasado convertido en ruinas, ¿cuánto de interesante podría contar? "No me tengo más que a mí mismo", manifestó Arthur Rimbaud, y en esta declaración de principios en el azaroso final de su vida radica la justificación de toda escritura y de una actitud frente a la existencia. Escribirse a si mismo, incluso en su versión más anodina, en la menos proclive a la brillantez de los días transcurridos, es ya, en si misma, una actitud. Puede que, a fin de cuentas, nuestra única tabla de salvación tras una existencia azarosa —el proceloso discurrir de la vida de Rimbaud así lo atestigua— sea la propia interioridad; este limitado, o quién sabe si desbordante, castillo interior, la morada de la conciencia que nos habita o que habitamos, repleta de un contenido multiforme, quizás infinito.
¡Qué extraño resulta escribir si no ha ocurrido nada, salvo este lento trasiego de los días idénticos! Más extraño aún si se aprovecha para hacerlo sobre la propia conciencia. Este bucle nos caracteriza, y en él en ocasiones nos vemos enredados, sin posible escapatoria. Circunstancia esta que nos convierte, según algunos, en seres metafísicos, mientras que otros (entre ellos Pinker) retraen la conciencia a la simple actividad de la mecánica cerebral convertida en pensamiento. En todo caso, lo curioso es que se posea esta capacidad para sobrevolar el reducido ámbito de nuestras cabezas y comprobar que éstas se insertan, como indistinguibles árboles en el interior de un bosque, en un modo de proceder que concede al mundo características ilimitadas. No otra es la intención de la escritura: sobrevolar siempre, aun cuando aquello sobre lo que se escribe nos remita a un ambiente demasiado inmediato, grosero, incluso sórdido. Siempre la necesidad de decir, de decirse uno mismo y decirlo al mundo, junto a la tenacidad secular de hacerlo con belleza, como en un intento de saltar por encima del tiempo.
No diré ni palabra ni en nada pensaré. / Pero el amor inmenso trepará hasta mi alma / e iré lejos, muy lejos, lo mismo que el bohemio / feliz, por esos mundos, como con una amada, dejó escrito el ardiente jovencito de Charleville con solo dieciseis años. ¡Cómo atinó en aquellos juveniles versos sobre la que habría de ser su vida apenas dos décadas más tarde! Él ejemplifica, casi como ningún otro escritor en la historia, la llamarada propia de la genialidad, tan refulgente como breve, tan descarnada y tan al margen de las convenciones sociales ("El temporal bendijo mis vigilias marítimas"). Ninguna soledad como la suya, ninguna tan desprovista de vana emotividad, tan esencial, podríamos decir, enfrentada a un universo de múltiples y variadas fulguraciones, astros, mares, profundidades... Se tenía a si mismo, y es de suponer que todo lo demás, incluido el mundo, le era innecesario. Vino a iluminar un instante para desaparecer a continuación, y el fogonazo que dejó aún perdura, incomprensible, en nuestros ojos deslumbrados. ¿Qué pobre luz dejaremos de nosotros mismos? ¿De qué modo será posible iluminar la ya de por si sombría rutina? Escribir de uno mismo, al calor de la propia conciencia da, en mi caso, para muy poco. Inútilmente vago con palabras de otros, con la conciencia acrecentada de escritores a los que nunca será posible dar alcance y que agravan con su sola presencia la imposibilidad de justificar una vida alicorta con el extraordinario don de la escritura.


miércoles, 18 de junio de 2014

ESPEJO




El espejo es un fiel amigo que nos conoce como somos y que nos consuela haciéndonos creer lo que no somos.


jueves, 5 de junio de 2014

miércoles, 14 de mayo de 2014

martes, 6 de mayo de 2014

MORADORES DEL PANÓPTICO DIGITAL


Hay que asomarse a las páginas de cualquier libro filosófico para constatar dos cosas: en primer lugar, la existencia de un estilo literario propio, cuya lectura apetece por si misma, incluso al margen de todo sentido, intrincado en tantos casos; y en segundo lugar, su naturaleza siempre agorera, como de ratificación de los más oscuros presagios, cuyas consecuencias se nos ponen a la vista con la intención de que confirmemos de algún modo tan ingratas profecías. Es el mejor modo del que dispone el filósofo de hacernos partícipes de su reflexión: apelando a nuestra inteligencia y a esa sensibilidad orientada a desentrañar los rincones tenebrosos, las zonas en sombra. Todo se nos presenta como amenaza actualizada: ningún momento en la historia como el presente para advertir ese refinamiento del mal que llega hasta nosotros en lo más perverso de su proceder. Esta perversión es muda, pero no sorda ni ciega. Vigila siempre, mas no acomete ni castiga (o eso es lo que parece). De tal modo que su naturaleza se nos dibuja especialmente siniestra. Mientras tanto, quien lee termina por confirmar palabra por palabra, asumiendo que, junto al autor, somos vigías privilegiados de un poder en sordina del que pocos se percatan, y nosotros, merced a la lectura, formamos parte de esa escasa hueste de privilegiados.

A fe mía que es difícil no darse por aludido, ni ignorar que algo más allá de lo aparente ocurre cuando nos sumergimos en las seductoras palabras del sabio. Al menos me quedo con las felices expresiones y con el orgulloso e irreverente presentimiento de ser más inteligente que el resto de mis congéneres (aunque, a buen seguro, se trata simplemente de hacer acopio de un manojo de interpretaciones con las que alimentar algunas ideas algo menos convencionales de las que con soltura manejamos todos los días). Así, me fascina encontrarme con las palabras de Byung-Chul Han en La sociedad de la transparencia. Para el filósofo de origen coreano, el "encadenamiento digital" propone "el comienzo de un panóptico de tipo completamente nuevo, no perspectivista". En realidad, se está refiriendo a internet y, por ende, a la sociedad digital. Una vez más, el ser humano se ve sometido a los temores que tantas veces en la historia acompañaron a las novedades tecnológicas. Dotamos a todo cambio de su correspondiente sesgo apocalíptico. O quizás lo cambiante lleve inscrito su propio apocalipsis, porque el presente (cuando lo fue en el pasado y cuando vaya a serlo en el futuro) es la oportunidad más certera y real de su propio fin.

La transparencia que en estos tiempos se inaugura, y que tiene en el mundo virtual su manifestación más patente, no deja de ser una variante más de la general equiparación, del burdo allanamiento o nivelación equitativa que, a ojos de Byung-Chul Han levanta el edificio del control secular, pero esta vez con la aceptación general. Nada escapa ya al mismo. Desnudos de prejuicios y suspicacias, ya no es necesario que nadie advierta la desnudez del emperador, pues todos estamos gustosamente aquejados de un similar desasimiento. Queda por saber si, como en su día escribiera Etienne de La Boëtie, al hombre le apetece con naturalidad la servidumbre, acogiéndose voluntariamente a ella, y quede neutralizada, por tanto, cualquier forma de resistencia, de tal modo que "hoy, contra lo que se supone normalmente, la vigilancia no se realiza como ataque a la libertad. Más bien, cada uno se entrega voluntariamente a la mirada panóptica. A sabiendas, contribuimos al panóptico digital, en la medida en que nos desnudamos y exponemos. El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez. Ahí está la dialéctica de la libertad, que se hace patente como control".



martes, 22 de abril de 2014

AUTOCONOCIMIENTO




El nivel de autoconocimiento es directamente proporcional a la capacidad de autocrítica y al ejercicio sostenido de la voluntad, e inversamente proporcional al desmedido sentimiento de culpa o a la satisfecha autocomplacencia.

sábado, 5 de abril de 2014

jueves, 20 de marzo de 2014

DESPUÉS DE LA BATALLA





Ausencia de deber moral a la que siguen la resignación y la indiferencia. No es este precisamente el paisaje después de una batalla. La forja con la que se encara esta última nunca produce frutos tan aciagos.


sábado, 15 de marzo de 2014

LAS PALABRAS



Termino, como siempre, por hallar alguna conexión entre lo leído y la propia experiencia. Doy con una frase de Barthes ("La incapacidad de nombrar es un buen síntoma de trastorno") y caigo en la cuenta de que cada vez son más los alumnos incapaces de explicar lo que dicen saber ("Lo sé, pero no sé explicarlo", te sueltan como quien da in extremis con el ingrato aliviadero que les permite liberarse de su desconcierto). E imagino a continuación que su bisoñez no se ha percatado aún de su intento por cuadrar el círculo, por explicar lo inexplicable, esa reiterada desventura de enfrentarse a lo inefable (e inefable para la adolescencia es todo: desde una sencilla definición hasta los devaneos impredecibles de la propia vida). Por el contrario, los adultos, incapaces de reconocer esta misma inefabilidad que por igual aqueja a chicos y grandes, acostumbramos en general a buscar síntomas de males inconcretos. De ahí que nos guste tanto indagar en el empíreo de la sociedad, la civilización o la historia.
Desconozco si habremos comenzado a soltar amarras desembarazándonos de las palabras, y tampoco sé si este habrá de ser un episodio en el devenir humano sin posible vuelta atrás. Hasta parece posible que estemos asistiendo a una transformación desconcertante y peligrosa, y el hecho mismo de que así sea ya infunde sus buenas dosis de interés.
Por mi parte, mi mundo continúa siendo este empecinarme en conectar las palabras con la vida de un modo seguramente desigual, discontinuo, que a duras penas es capaz de alumbrar las tinieblas que habitamos en solitario.


jueves, 6 de marzo de 2014

MUJER BELLA




Cuando una mujer bella habla contigo, acabas sintiéndote el secundario gracioso de una película.




El corazón es el radar de la belleza: se va acelerando a medida que esta se acerca.




sábado, 1 de marzo de 2014

PERVERSO CATOLICISMO



En el documental desfilaban bellas estampas de Dublín, el territorio que en su día habitó y describió James Joyce. La voz en off se dirigió decidida a sus años de infancia y adolescencia, a los estudios con los jesuitas en el Belvedere y a las obsesiones que atenazaron para siempre al joven autor de Dublineses: la religión, el sexo y la escatología. La vinculación llegó de forma automática: su obra no puede concebirse sin el trauma ocasionado por el oscurantismo católico y la confesión de sus pecados en tétricos confesionarios. Incluso se especuló con la posibilidad de que la escritura del genial irlandés hubiese sido bien distinta de haber dado con sus huesos en el Trinity protestante.
Sin ánimo de cuestionar tanta verdad incontrovertible, se echaba en falta alguna forma de ecuanimidad que consistiera en profundizar en su obra sin caer por ello en el prejuicio ideológico un tanto manido. 
Puestos a abundar en el cinismo, qué magnífica oportunidad perdida para responsabilizar al perverso catolicismo castrador de que el Ulises no haya sido una novela del todo redonda, o con mayor número de páginas, incluso —quién sabe— con un tono si acaso algo menos desolador. Por el contrario, acabó dando la impresión de que toda la grandeza del dublinés se limitó a frecuentar el "Davy Byrnes" con la sola intención de identificar las sinuosas líneas modernistas de su pub preferido con las curvas —estas, más carnales— de su adorada e incondicional Nora.



viernes, 21 de febrero de 2014

ARDIENTE SECRETO





"Sólo después, muchos años después, reconoció en aquellas mudas lágrimas un voto de la mujer que envejecía, que desde aquel momento no quería pertenecer a nadie más que a él, a su hijo, una renuncia a la aventura, una despedida de todos los deseos propios. No supo que también le daba las gracias por haberla librado de una aventura estéril, y que con aquel abrazo le transmitía, como una herencia, la carga agridulce del amor para su vida futura. Todo esto el niño de entonces no lo comprendió, pero sintió la dicha de ser tan amado, y que con aquel amor ya estaba inmerso en el gran misterio del mundo".

"Ardiente secreto", Stefan Zweig, El Acantilado, 2011



Acabar de leer una novela redonda mientras "se hace tiempo" en el frío del parque escuchando el griterío de la infancia aún no perdida...


viernes, 14 de febrero de 2014

CUATRO AFORISMOS AMOROSOS





Lo que a priori desea un hombre de una mujer es tan poca cosa que le cabe de sobra en ambas manos.


Del amor se recuerda para siempre aquella cercanía y este perfume que aún perdura.


El deseo en el hombre es de trago largo y sin paladear. En la mujer, de exquisita degustación. 


El hombre se enamora a primer golpe de vista. La mujer, a primer golpe de oído.



sábado, 8 de febrero de 2014

OPINIONES



«Tratadas en el reino de la arbitrariedad,
las opiniones tienden a convertirse
en obstinaciones»
("Tantos tontos tópicos", Aurelio Arteta,
Ariel, 2012)

No me parece que el empecinamiento en determinadas posiciones tenga más que ver con la ignorancia o el carácter acérrimo del opinador que con el no sé si definitivo naufragio de la razón como baluarte necesario en cualquier indagación que merezca la pena. Los oídos han terminado por acostumbrarse a la música de esa adulación que consiste en repetir que cada uno es lo importante —lo único importante— por lo que tiene de singular e irrepetible. Cada uno, en el centro de su propio acontecer, que no es otra cosa que su interioridad intransferible. De ahí el protagonismo exclusivo de los sentimientos y del íntimo parecer, cambiante a gusto de quien lo ostenta, y peligroso por su naturaleza domesticable y la fácil apariencia de verdad con fundamento.


jueves, 30 de enero de 2014

BARBARIE




A la barbarie le gusta de vez en cuando meterle el dedo en el ojo a la civilización.


La barbarie ha entrado sin llamar, se ha puesto a destrozar cuanto encontraba a su paso y, finalmente, se ha instalado en la sala de estar a mirar displicente en la pantalla del televisor las noticias del telediario. Mientras tanto, los dueños de la casa aplauden. Eso sí, indignados.


viernes, 24 de enero de 2014

HIPÓTESIS





«Quien, por ejemplo, está intranquilo
 por amor obtendrá poca ayuda de una
explicación hipotética (eine 
hypothetische Erklärung). Esto
no le tranquilizará»
(Ludwig Wittgenstein, "Observaciones a 
«La Rama Dorada» de Frazer")


A todo esto, ¿quién mejor que uno mismo para abrumarse hasta la extenuación con hueras hipótesis e imaginaciones abracadabrantes cuando de lo que se trata es de amor, del absorbente gozo y sufrimiento que provoca?


jueves, 16 de enero de 2014

NOS PARECE...




...que todo es eterno y, sin embargo, todo es conmovedoramente efímero; de la misma manera en que el macrocosmos aparenta un todo coherente, bien ensamblado y denso, fantasmagoría que oculta un microcosmos impredecible de partículas danzando sin descanso.


domingo, 12 de enero de 2014

FUNCIÓN




La verdadera función de un verso es suspender el juicio para, a continuación, cazarlo al vuelo.