lunes, 3 de junio de 2013

VIAJES IMAGINARIOS (II)




No tiene objeto el hecho de creer que se mira por mirar. Haber estado allí. Una vez tan sólo. Nada añade este triste orgullo de haber dejado la impronta de nuestras plantas en tierra ignota. Puede que cuanto más empeño hayamos puesto en la mirada, menos veamos. Por si fuera poco, tenemos que abrirnos paso a codazos en un bosque de extraños como nosotros, nuestros congéneres, los turistas.


2 comentarios:

Amando García Nuño dijo...

Tengo la mirada presbiciada de arcos apuntados, y cerca de diez mil imágenes de viajes que acaso hice.

¿O no fui yo quien creía ver, estar viendo?
Un abrazo

L.N.J. dijo...

Excelente pretexto para olvidarse de las cámaras cuando se viaja y ver solo con lo que somos. Pero tenemos esa tendencia a rellenar nuestra memoria para después enseñarla a los demás y olvidarnos, al fin y al cabo, de la esencia de un viaje placentero.
Así somos por fuera y por dentro.

Saludos